Sunday, November 18, 2012

Frank Breech

Parece que fuera a hablar de un señor, con nombre y apellido, pero este post es sobre la posición en la que se encuentra mi bebé, que curiosamente es la misma en la que estaba Inés.

Digo curiosamente porque sólo un 3% de los bebés en término llegan así, de cola. Y de ese porcentaje, un 50-70% tienen las piernas extendidas, como en el dibujo:





El diagnóstico a tiempo es importante por una serie de motivos. En algunos casos, es posible rotar al bebé y ayudarlo a que asuma la posición ideal (cabeza abajo), pero en los casos como el mío hay que tomar ciertas precauciones.

Cuando yo estaba embarazada de Inés no sabía nada de esto*. El porcentaje es tan bajo que ni en las 8 semanas de curso preparto se mencionó la posibilidad de que el bebé no viniera de cabeza. Cuando mi partera me dijo que la cabeza había bajado, alrededor de las 36-37 semanas, todo el mundo asumió que era eso lo que yo sentía entre mi pelvis.

No puedo culpar a una sóla partera de un diagnóstico erróneo, ya que en el hospital me vieron muchas y hasta un obstetra se animó a asegurar que era la cabeza lo que él palpaba. Nadie, hasta que "mi ángel de la guarda" Marion lo descubrió justo al final, se imaginó que mi bebé podía estar de cola.

Tener un parto vaginal en este caso no es imposible, pero es mucho más difícil y trae riesgos adicionales (no voy a entrar en detalles porque es muy deprimente). En mi situación actual, como yo ya tuve una cesárea con Inés (y por el mismo motivo), ni vale la pena arriesgarse. Además, la obstetra cree que es posible que mi pelvis no esté diseñada para alojar cabezas y es por eso que ambos bebés se sienten cómodos así.

Supongo que si Inés hubiera nacido en Argentina las cosas hubieran sido diferentes, porque allá hacen muchas, quizás demasiadas, ecografías. En esta isla donde la última vez que ves a tu bebé in utero es a las 20 semanas de gestación, es sumamente importante estar en sintonía con tu propio cuerpo.

Para una madre primeriza supongo que es casi imposible detectar la posición del bebé, y creo que muy pocas mujeres tendrían el coraje de contradecir a una partera experimentada en un caso así. Yo, que tengo poco de tímida, no me hubiera sentido capaz de hacerlo. En este caso, siendo mi segundo embarazo, yo tuve la sensación de que mi bebé venía de cola y defendí mi idea hasta que la ecografía lo confirmó. ¿Cómo lo supe? Este bebé siempre fue más activo que Inés, pero sus movimientos son casi idénticos: yo nunca vi un codo, una rodilla o un pie asomándose, lo único que veo es una olita, un movimiento sutil de izquierda a derecha y vice versa. Es la cabeza de mi bebé que se desplaza debajo de mis costillas.

Cuando estuve internada la semana pasada los médicos y las parteras me presentaban como "breech lady". Noté una diferencia en el trato, y fue ahí donde me pregunté qué era tan distinto. Ahora sé que si rompo bolsa en casa debo llamarlos para que me manden una ambulancia, por ejemplo, y que no habrá una inducción. Ahora siento que todo estará bajo control y esto me da un cierto grado de paz entre tanta incertidumbre.

* Inés nació con los tobillos a la altura de las orejas y durante algunos meses sus piernas volvían a estar elevadas como si tuviera un resorte en las caderas. Le hicieron unos estudios poco después de nacer para confirmar que sus caderas estaban bien porque es un problema común entre los nacidos en este posición.

2 comments:

Mai said...

Menos mal que esta vez te dieron bola! Para mayor tranquilidad...
Besos y caricias en la panza!

Mariana said...

Estas preparada Ciegui! tu puedes!!! Vas a ver que no solo el embarazo, el segundo hijo ...de taquito! :D

Suerte!!