Sunday, December 02, 2012

My perfect family

Y llegó el día, el día en que desalojábamos a bebé de mi panza. Después de 3 semanas de dolor, esperaba el momento con ansias.

La noche anterior estaba nerviosa. Pensaba muchas cosas a la vez, repasaba lo que me faltaba hacer, hacía listas mentales y otras reales... Finalmente dormí unas horas y madrugué cuando llegó el miércoles.

Tenía que estar en el hospital a las 7:30, mi taxi se demoró y llegué con los minutos contados. Pili me acompañó y Glen nos siguió en el auto después de dejarla a Inés en la guardería.

Me llevaron a la sala, a mi cama, y me dijeron que ahí tenía que esperar para ver al anestesista y a la partera. Vinieron varias personas y me explicaron cómo serían los acontecimientos y cuáles eran sus funciones. Ya empezaba a notar las diferencias entre la cesárea de emergencia y la programada.

Pasaron varias horas y bebé se movía en mi panza. Teníamos hambre, estábamos en ayunas (ni agua podíamos tomar) desde la noche anterior. Llegó el mediodía y aún nada, hasta que a eso de las 13 me vinieron a buscar.

Glen y yo seguimos a la partera a otra parte de la maternidad. Allí nos explicaron algunas cosas más y me llevaron al quirófano. Glen me siguió más tarde.

Muchas personas se presentaron y me dijeron sus roles, explicándome los hechos a cada paso. Primero el frío en la espalda, el suero en la mano, la anestesia local, etc. Me cambiaron de posición y pusieron la cortina azul entre mi cara y el resto de mi cuerpo a la altura del pecho. Glen vino y se sentó a mi lado.

Tardaron un poco más que con Inés, pero a las 13:40 del 28 de noviembre salió nuestro bebé a conocer el mundo. Nos mostraron y, para mi sorpresa, ¡era otra nena! Bebé era Lucía.


En la sala de recuperación pude abrazarla por primera vez. Qué felicidad tenerla en mis brazos, besarla y acariciarla. Mi gordota pesa 3,525 kg y mide 52 cms.


Durante el embarazo, Glen decía que si teníamos un varón iba a ser la "familia perfecta", pero yo siempre le decía que mi familia perfecta eran dos nenas. Hay cosas en la vida que están fuera de nuestro control y me siento sumamente afortunada de tener la familia que siempre deseé junto a mi marido que es un sol.