Monday, January 23, 2012

Where were we?

Ah, sí. No hago las cosas a medias, por si no se percataron. Ahora que empecé, sigo...

A mi me hubiera gustado casarme en Italia, en algún lugar romántico en la Toscana (preferentemente en San Galgano), con buena comida, vino, sol y gente hablando a los gritos.... pero no iba a ser posible. Así que decidimos hacer dos casamientos, uno en Liverpool (por civil) para la gente de acá y uno en Buenos Aires (por iglesia) para los de mis pagos.

Como ya tenía el pasaje comprado para ir a Argentina antes de que cumpliera 2 años Inés (ahí es cuando suben mucho los precios de los aéreos), se me ocurrió la excelente idea de casarnos antes de ese viaje, para aprovechar el pasaje.

En cinco meses y con ayuda de nuestras familias logramos lo que a la mayoría de las parejas les lleva entre uno y dos años.

Pensé y pensamos, tratamos de no descuidar los detalles. Un hotel daba más que un salón, porque mucha gente iba a venir de otras partes del país (y del mundo, de hecho) y estaba bueno que tuvieran donde dormir. Además, con Inés, era mejor tener una habitación a mano.

Ah, claro! Inés es chiquita, si no la entretenemos nosotros quién la entretiene? Mis suegros... y entonces ellos cómo hacen para disfrutar? Y así pensamos en una niñera, pero como la mayoría de nuestros amigos tienen chicos chiquitos, una criatura se convirtió en 25 (de entre 0 y 9 años) y una niñera pasó a ser 3. Pero no cualquier niñera, las chicas de la guardería de Inés, así era gente conocida con la que ella estuviera a gusto. Hasta les armamos una salita aparte, con globos, música, TV, una cama, cosas para pintar y el juego del paquete.

Invitaciones en castellano
Las invitaciones fueron diseñadas por una servidora, porque no hay nada mejor que darle a tu(s) boda(s) un toque personal. Eso implicó que el plan de las mesas, los favores* (algo que se estila acá y allá no existe) y las tarjetas de agradecimiento tuvieran el mismo look. Y todo eso generó trabajo y más trabajo para mí!

Los proveedores! Lo más importante para mí era que las fotos estuvieran bellas. Nada más terrible para una fotógrafa aficionada que ver desastres por el resto de mis días. Así que busqué y busqué a alguien con la estética y el precio indicados, en el lugar correcto. Gracias a Dios me acordé de que el primo de Glen sacaba fotos... y resulta que es buenísimo! Así que él y su socio cubrieron el evento.

También necesitamos un auto, la torta, las flores, las sillas, la peluquera, la maquilladora, etc etc. El piano de cola blanco no se iba a tocar solo, por suerte un amigo de Glen es un músico de calidad y nos regaló su talento por un par de horas.

El vino fue exclusivamente argentino. El tinto fue el favorito de Glen: Dante Robino Bonarda, pero también hubo blanco y rosado.


Tuvimos un buzón estilo inglés, pero color hueso, en el que la gente metió sus tarjetas.


La música llevó semanas. No exagero, semanas de sentarnos en el living escuchando temas, haciendo y deshaciendo listas. Secciones, tiempos, estilos... no dejamos nada al azar. Los temas que pasaron en el registro civil** los tuve que encargar en CD (qué obsoleto!) de EEUU porque parece que en Europa no se consiguen (o al menos no en todos lados).

El vestido fue lo de menos, pueden creer? Nunca me vi casándome de blanco*** (convengamos que a mi edad y con una hija en común era medio hipócrita pensar que podía hacerme la pura), y no imaginé ese momento toda mi vida como otras chicas. Así que después de dos intentos fallidos de comprar el atuendo online, decidí ir a un negocio de novias y hacer las cosas bien.

Había visto un vestido que me gustaba en una revista, pero no quise condicionarme. Fui al local y le dije a la vendedora: "quiero ver el vestido más sencillo que tengas", y me trajo el mismo de la revista. Ni me probé otro, ése era el mío.

Pasé más tiempo eligiendo la vincha que el vestido... pero es una preciosura!

Las flores fueron coloridas. Mis uñas, rojas. Me aburren las puntas blancas, y quería ser yo misma, pero (más) mejor!

Qué fue lo más importante de nuestro casamiento en Liverpool? Los invitados, por supuesto! Que mi papá decida sacarse un pasaje para venir a entregarme y hacer el discurso del padre de la novia, que el padrino (el mejor amigo de Glen) venga de España con su mujer e hijos, que mi amiga vuelva de Finlandia con toda su familia sólo para nuestro casamiento, que vengan mis amigos bloggers de Londres, el amigo holandés de Glen y mi amiga Kari de Dubai... no tiene precio!

Con toda esa mezcolanza tuvimos un casamiento a la inglesa, con todas las tradiciones que los invitados esperaban y una fiesta a la argentina, con la locura, el color, el baile descontrolado y hasta un poco de carnaval carioca.

Y tuvimos que hacer todo de nuevo dos semanas más tarde. Qué dura es la vida a veces!

* Regalos que los novios le hacen a los invitados. Si, leyeron bien!
** Marfil se llama el color y hace que mis dientes parezcan menos amarillos.

1 comment:

Pilikina said...

Estás muy guapa en la foto y el escote le queda muy bien a tus hombros.
Los favores también se hacen aquí, pero no se llaman de esa forma.
Y sobre lo que dices del amigo de Glem, pues es normal que viviendo donde vives haya un buen músico cerca.