Anoche dormí de a ratos. En la primera de mis tres siestas te soñé. Sin dolor, sin despedidas, sólo estábamos compartiendo un momento cotidiano en Buenos Aires.
Estábamos sacando la ropa del tender, charlando mientras la doblábamos. Me pediste que te separara el camisón rosa para la siesta y yo te hablé de la tormenta que se venía.
Al despertarme sentí paz. Paz porque te había visto una vez más, te había robado un momentito más. Te sentí bien, plena, como cuando nos vimos por última vez en persona, el día de mi cumple.
Tantas veces nos despedimos con mares de lágrimas, tantas veces sentí culpa por quitarte la posibilidad de compartir momentos con tus nietas y verlas crecer. La última vez no fue así: te vi bien, feliz de haberte jubilado en mayo, más delgada, con más energía, haciendo planes. Querías venir a visitarme el año que viene y me fui con la certeza de que así sería.
Y la llamada esa que temí durante 16 años llegó, pero yo no estaba. Glen tuvo que venir a buscarme al trabajo y darme la peor noticia que me podría haber dado, la que yo menos quería escuchar. "Murió tu mamá", me dijo al salir de la oficina. Me lo tuvo que repetir varias veces porque no lo podía creer. Aún no lo creo.
"¡¿Pero si estábamos hablando por WhatsApp hace un ratito?!", le dije, sorprendida. Te había mandado una foto de mi pollera nueva para que la vieras y te había gustado. Así como de la nada, sentada frente a la compu como tantas otras mañanas, se apagó tu vida. Rápido y sin dolor, como siempre deseaste que fuera. No querías que nosotras tuviéramos que presenciar tu deterioro en manos de alguna enfermedad larga como vos lo habías hecho con tus padres.
Tanto te quedaba por hacer, tantos proyectos sin terminar. Ni dos meses para disfrutar de tu tiempo libre tuviste.
Así de feliz quiero recordarte |
Doy gracias a Dios por haberte visto hace cuatro semanas y darme la oportunidad de abrazarte y acariciarte una vez más. Voy a extrañar tu voz en el teléfono y volver a Buenos Aires va a ser sumamente extraño sin vos.
No sé cómo se sobrevive con este dolor, con este vacío inmenso que siento en el pecho y no me deja ni respirar. Pero yo escribo, y vos eras mi lectora más fiel. Si en el cielo hay internet, vas a poder ver una vez más cuánto te amo.
Pili me dijo que ella quería que te vistieran pero te pusieron un camisón con flores rosas. Te fuiste a dormir la siesta, y la tormenta se nos vino a nosotros, los que quedamos: tu marido que te amó profundamente, aunque a veces le cueste demostrar sus sentimientos, durante casi 40 años; tus hijas, las dos mayores que tenemos nuestras respectivas familias y la menor que vivía con vos y era tu compinche y compañera; y tus tres nietas. Inés tuvo su primera pérdida, confundida entre llanto y gritos de "yo quiero a mi abuelita", me pidió el Skype de Jesús en el cielo para verte una vez más y rezó para que pronto nos volvamos a encontrar.
Por ahora no me queda otra alternativa que conformarme con soñarte. Nunca dejes de visitarme. Te amo mami, y cuando tuve a mis propias hijas pude entender la magnitud de tu amor por nosotras.
Mami, 28.10.1950 - 02.07.2015 Siempre en mi memoria y en mi corazón |
5 comments:
te acompaño y te abrazo, te lo dije por otras redes sociales, pero aquí "nos conocimos" y nos seguimos y durante mucho tiempo fuiste una gran compañía en mis días, aquellos que hoy siento lejanos, "de exiliada", y porque escribiendo sacamos nuestro corazón, nos desnudamos, y exorcizamos tantos miedos, creo que imaginaba y esperaba este post... para abrazarte más fuerte, virtualmente... no puedo ni imaginar tu dolor, mi papá partió cuando yo tenía quince años y fue muy doloroso... pero la mamá es la mamá, y es esa conexión increíble, que como bien dijiste, solo cuando tenemos nuestros propios hijos podemos entender! besos desde Argentina!
Ayer cuando te leí en Facebook, me puse a llorar como si hubiera conocido a tu mamá. En cierta forma, por medio de tus fotos, la conocí y se la notaba una mujer feliz, amada y llena de amor por vos y por tus hijas. Sé que no hay palabras para momentos así, solo el consuelo de que no sufrió. Te vuelvo a dejar un abrazo enorme, mucha paz y muchos sueños con ella.
No se que decir. Lloro porque el dolor es tan evidente en tus palabras..pero el amor mas. Esa ultima foto es lindisima...sonriente, al sol... mirando para adelante. La recordare asi.
Cecilia ...mucha fuerza y fè y si crees en la vida eterna un dia podras abrazarla .Yo tambièn perdi a mi mamà el primer año es muy doloroso pero vamos tienes a tu familia que te necesita ...Todo es muy reciente ...Escribir por este medio de seguro te ayudara un poquito como terapia. Pamela ( siempre te lei en silencio )
Recien hoy 4 de Agosto, junte fuerzas y coraje para poder escribirte unas lineas. Desde el día que tu mami partió, pienso en vos y en ella TODOS los días y las tengo presente en mis oraciones cuando me acuesto.
Se me caen las lagrimas, me angustio y al mismo tiempo me cuesta creer lo que paso. Yo también vivo muy lejos de Argentina y la impotencia de la distancia es terrible. Entiendo por lo que estas pasando pero creo q no puedo imaginarme el dolor profundo que se siente. Ya se q todos te dicen que "el paso del tiempo" ayuda a curar las heridas.... y sin dudas que debe ser así, un poco porque nos resignamos a aceptar la realidad y luego porque nos damos cuenta que solo partió físicamente. El amor, el cuidado, la protección de tu mami estuvo y estara SIEMPRE con vos, Ceci, nunca lo olvides!
Te quiero muchísimo amiga.
Karina Manafi
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