Ya hace más de un año que Marta falleció. Mi madrina del corazón se fue después de una lucha larguísima contra el cáncer antes de que Lucía llegara.
Hace algunos días soñé con ella vestida de naranja. Anoche la volví a soñar, con un chalequito de ese mismo color. En mi último sueño la abrazaba, aunque yo era consciente de que no era ella, sino su espíritu. Le pedía que descansara en paz, que yo sabía que no habíamos podido despedirnos pero no importaba. No me desperté angustiada como las veces anteriores.
Si el naranja es realmente sanador, espero que ella haya encontrado su nirvana. ¿Será casualidad que, buscando una foto suya, haya encontrado una en la que estaba vestida de ese color?
1 comment:
No, no es casualidad. Que te sirva de consuelo.
Saludos
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