The future's looking up

El miercoles camine mucho. Muchisimo, hasta que mis piernas casi cedieron. Estaba aprovechando al maximo los dias que pase en Londres, de museo en museo, sacando cientos de fotos.

Cenamos con Bea, tranquilas, con un tinto frances. Charlamos y compartimos uno de esos pocos momentos cara a cara que se presentan de vez en cuando. A medianoche nos fuimos a acostar ya que ambas estabamos fusiladas.

El jueves tenia planeado despertarme a las 9, pero cambie la alarma para darme un ratito mas. A las 9:30 sono mi telefono y atendi con esa voz de dormida que no se puede disfrazar de resfrio.

Asi como de la nada me ofrecieron un trabajo. Un trabajo cerca de casa, al que puedo ir en tren, colectivo y hasta en taxi si algun dia se me hace muy tarde. Un trabajo en el que tengo gente a cargo, que a su vez tiene mas gente a cargo. Un trabajo que justifica mi pausa, porque no es un movimiento hacia el costado. Un trabajo para una empresa establecida, con años de trayectoria y cultura de excelencia. Un trabajo de esos buenos, de esos que no aparecen muy seguido. Un trabajo que no paga tanto como el ultimo pero queda mucho mejor en el CV.

Aquel assessment centre al que fui en octubre, para el que me rechazaron diciendo que de todos modos me tendrian en cuenta, finalmente dio sus frutos. No hubo mas entrevistas, solo un par de llamadas de la agencia hace dos semanas preguntandome si todavia estaba disponible porque ellos seguian muy interesados en mi.

Finalmente voy a poder cerrar este capitulo y continuar con el resto de mi vida, sin mas fantasmas del pasado. Todavia no lo creo, estoy entre nerviosa y asustada de que alguien me despierte con un "uy, mira, nos confundimos"... pero es un hecho: mañana vuelvo a la rutina otra vez.